Debacle Triangular ©

En un mundo post-colapso, donde las naciones no son más que ruinas administradas por máquinas y alianzas fracturadas, tres grandes fuerzas se enfrentan en una contienda sin héroes verdaderos.
Graznar Colérico, marcado por la dualidad entre justicia y brutalidad, lidera una resistencia que no se define por la moral, sino por la urgencia de sobrevivir. A su lado, Selena, su compañera más fiel y la única capaz de amar sin condiciones, trata de equilibrar el amor, la redención y el sacrificio.
Pero el mundo ya no les pertenece.
Alessandro Di Potere, el empresario que domina las mentes a través de algoritmos y redes ilusorias, busca controlar la memoria y el deseo. Dean Rith, el impecable sucesor del Papa, representa la supremacía de la fuerza pura, guiado por un sentido de orden que roza lo divino. Y Hitsura Mirage, desde las sombras, obsesionada con el vínculo de Graznar y Selena, manipula las emociones con la precisión de una cirujana emocional.
Y más allá de todos ellos… Сильная (Silnaya), la mujer que ejecuta el trabajo sucio de Dios, brutal e incorruptible, admira en silencio la pureza de Dean y desprecia la ambigüedad moral del mundo que intenta sobrevivir. En ella no hay redención, solo la eficiencia de la exterminación.
En este triángulo de poder, donde todos creen tener la verdad, la pregunta no es quién ganará… sino si algo quedará en pie después.
Debacle Triangular es una epopeya contemporánea donde el amor no es consuelo, sino trinchera. Donde la traición no se redime, y el futuro se escribe con las manos ensangrentadas del pasado.

Debacle Triangular nació hace más de veinte años, cuando aún era adolescente. Al principio, era una historia espacial, una especie de cruzada mística en la que el protagonista exterminaba diferentes versiones del Diablo en galaxias remotas. Pero con el tiempo, el universo se fue oscureciendo. La fantasía dio paso al cinismo, la ambición, el sacrificio y la duda. Ya no bastaba con imaginar mundos lejanos; era necesario hablar de este. Y rendirle tributo.
Graznar Colérico fue mi refugio en una etapa en que no me sentía aceptado. Un reflejo idealizado de lo que quería ser. Pero, a medida que crecí, comencé a volcar el mundo sobre él. Hoy ya no es una extensión de mí, sino una versión extrema de lo que uno podría ser si supiera que le quedan 24 horas de existencia. En ese sentido, Debacle Triangular no busca héroes ni redención fácil. Es una historia donde cada postura nace de una herida, pero también de una voluntad férrea.
No fue fácil escribirla. No por la trama, sino por las voces que intentaron silenciarla. Me dijeron que el arte no era camino. Que escribir no serviría de nada. Y lo creí. Dejé de escribir, estudié algo que nunca me representó, trabajé en cosas que me apagaban. Solo recientemente entendí que el mayor acto de valentía era continuar esta historia, no por gloria, sino por justicia. Por cerrar el ciclo.
Debacle Triangular es, en su núcleo, una visión espectral del universo. Tal vez estoica. No pretende entregar respuestas, sino provocar preguntas. La voluntad de sus personajes —la necesidad de resistir, de comprender, de amar incluso sin consuelo— es lo que los arrastra y lo que los define. Y eso, quizá, también nos define a nosotros.
Si estás atravesando un momento difícil y esta historia llega a ti, probablemente te golpee. Te inunde de melancolía. Pero también, ojalá, te regale algo que yo mismo busqué durante años: perspectiva. Porque hay cosas que solo se entienden cuando uno deja de mirar el reflejo del sol sobre el mar y se atreve a bucear en las profundidades donde ya no llega la luz. Allí, y solo allí, se descubre lo real.
Hoy siento que tengo una nueva oportunidad. Sobreviví a algo que pudo haberme borrado. Y decidí que Debacle Triangular debía dejar de ser un susurro en mi mente y convertirse, por fin, en voz. En legado.
— Lauren Cuervo