La Reversión de las Divinidades ©

Los dioses descendieron una vez, proclamando el Día del Juicio, y fueron derrotados. Eone, la diosa purgadora, cayó… pero no murió. En el Cielo, su esencia fue descompuesta y redimida. En la Tierra, los rebeldes que la enfrentaron envejecieron, amaron y fundaron familias creyendo que el horror había pasado.
Años después, la tragedia regresa con una furia más letal. El juicio se reinicia, y esta vez, no hay salvación. Maggio, Stella y Mortand mueren. Dessidelia, su esposa, muere primero, víctima de una enfermedad que parece anunciar el colapso. Solo en la muerte, sus almas comprenden la dimensión de lo que ocurre: una nueva deidad asciende, oculta entre las nubes celestiales, dispuesta a reescribir el orden divino y extinguir lo humano.
Eone despierta en un limbo sin respuestas. Hasta que es visitada por un antiguo fantasma: Dessidelia, convertida en ángel, le suplica que detenga la catástrofe. Para lograrlo, deberán reunir a los caídos y liberar a los condenados.
En una cruzada final que trastoca los límites entre Cielo e Infierno, entre lo sagrado y lo corrupto, una antigua enemiga deberá decidir:
¿Perdonar… o revertir a los dioses?

La Reversión de las Divinidades nació en la penumbra de una etapa solitaria, bajo el nombre de Divinity Saga. Fue escrita como una historia nocturna para una amiga muy querida, cuando ella era —sin saberlo— mi única compañía en el mundo. Cada noche, mientras las palabras tomaban forma, me sentía menos solo. Eone, ese personaje que comienza como enemiga, fue en realidad un espejo de ella: fuerte, luminosa, admirable.
Durante meses le relaté esta saga como si fuera un juego, porque así fue como aprendí a narrar: entre códigos, mapas y combates. Pero pronto entendí que aquello que aparentaba ser un combate entre el Cielo y el Infierno era en verdad una historia sobre algo más profundo: la redención. La necesidad de enmendar, de encontrar perdón incluso después de la muerte. De proteger lo poco que queda cuando todo parece derrumbarse.
Perdí muchas cosas mientras escribía esta historia, pero entre todas, perdí la soledad. Lo que gané fue una amistad que aún atesoro. Por eso esta obra está dedicada a ella, aunque nunca haya pedido ese lugar.
Decidí cambiar el título porque Divinity Saga parecía un juego, y esta historia ya no lo es. La Reversión de las Divinidades habla del tiempo que no supimos aprovechar con quienes amamos, del arrepentimiento genuino, y de la posibilidad de volver a abrazarnos… incluso desde mundos separados.
Ojalá quienes lean esta obra puedan mirar más allá del combate, y encontrar —entre sus líneas— el deseo de una humanidad que quiere sanar sus heridas, reconciliarse con sus fantasmas y proteger lo que todavía puede salvarse.
— Lauren Cuervo