Mi Churro Lindo es la octava canción del primer disco de Natalia Del Monte, un tema que contrasta con los tonos más crudos del álbum al ser nostálgico, tierno y feliz. Relata el primer encuentro entre Natalia y Daniel en su adolescencia, con versos ingenuos que evocan la juventud y un coro popular que celebra el amor adolescente.
La estructura de la canción refuerza su carácter entrañable: comienza con una introducción hablada, pasa por versos narrativos que pintan escenas juveniles, y se eleva en un puente nostálgico que desemboca en coros pegajosos y populares. Un interludio instrumental añade frescura antes de llegar a un outro poderoso que cierra con la evocación de un beso guardado en la memoria.
"No eras popular,
ni menos un galán,
tu voz un misterio,
eras el más serio.""¡Ay! ¡Mi churro lindo!
¡Ay! ¡Mi churro lindo!
¿Ya se dará cuenta
de esa tormenta,
mi suave susurro,
mi amado churro?"
Los puntos clave que sostienen la canción son claros: rescatar la inocencia del primer amor, equilibrar el disco con un respiro luminoso, y usar un lenguaje adolescente que combina la frescura ingenua con un tono lírico. El coro —«¡Ay! ¡Mi churro lindo!»— funciona como himno popular, sencillo y emotivo.
En Entre Amores y Abismos, esta canción se convierte en un guiño alegre, un refugio de ternura dentro de un relato marcado por contradicciones más intensas. Es, al mismo tiempo, memoria y celebración.
Nota visual: La fotografía que acompaña esta entrada muestra a Gabriel en su juventud. Funciona como evocación del personaje de Daniel en la canción, un recordatorio simbólico de ese instante donde todo parecía comenzar. No es un retrato literal, sino un gesto que conecta la ficción con la memoria.
Te invito a escucharla con ojos de juventud y recordar ese primer momento en que todo parecía comenzar.