Hasta que no duela es la séptima canción del disco Entre Amores y Abismos, y representa uno de los momentos más intensos de Natalia Del Monte. Aquí, la voz ya no suplica ni se justifica: arde entre el odio, el reproche y el deseo, convirtiendo la contradicción en ritmo. ¿Será contra él o contra ella misma?
El coro, con sus verbos imperativos —Búscame, Muédeme, Quémame, Siénteme—, funciona como un latigazo bailable. La frase central, Hasta que no duela, se repite como un mantra colectivo en el que esta voz femenina responde con fuerza, acentuando el despecho que siente hacia su amante, hacia su esposo y hasta contra sí misma.
Musicalmente, la canción se sumerge en una salsa enriquecida: variaciones vocales, trompetas alertantes, percusión compleja (congas, bongos, timbales) y el acento ecuatoriano propio de Natalia que colorea cada frase. El resultado es un tema hecho para bailar, pero también para exorcizar la rabia y la vulnerabilidad.
En contraste con otras piezas del álbum —la frustración de ¿De qué dudaste? o la melancolía de Nos perdimos allí—, esta canción muestra a Natalia contradictoria, temblorosa y feroz. Es un himno de despecho que no oculta la herida, sino que la convierte en danza.
Esperamos que al momento de su lanzamiento en el primer disco de Natalia Del Monte sea una canción que les acompañe y enseñe a aprender cuán herida puede estar un alma, al mismo tiempo que quiere amar sin saber hacerlo. Te invitamos a estar atento por este mismo medio. ¡Gracias!