La voluntad prestada en el alcohol
0 Esta historia me tocó
0 Quiero sumergirme en la trama
0 Quiero conocer a fondo a sus personajes
0 Me intriga el mundo que han creado
0 Llévame a esos lugares

La voluntad prestada en el alcohol

Es una pregunta sucia y maravillosa: ¿qué significa que la voluntad pueda no ser nuestra, sino de otro? Para alguien que siempre ha soñado con la libertad, entregar la propia voluntad tiene matices profundos.

1. Servidumbre: cuando ponemos nuestras acciones, fuerzas y pensamientos a disposición de un tercero, por amor, amistad o fe. No es necesariamente algo negativo; es una entrega voluntaria que a veces nos enriquece tanto como al otro.

2. Rendición: cuando actuamos en contra de nuestra voluntad, pero lo hacemos conscientemente, por haber comprometido el bienestar de alguien más. Es un acto de responsabilidad, aunque duela.

3. Esclavitud: cuando se fuerza a alguien, consciente o inconscientemente, a servir al beneficio de otro. Aquí la entrega deja de ser elección y se convierte en destino impuesto.

En El Jesuita del Vino, estas tres formas se entrelazan. Como en el vino, no hay tintos ni blancos absolutos, sino mezclas, fermentaciones, transformaciones. Lo que parece esclavitud puede mutar en servidumbre; lo que nace como rendición puede revelarse como un acto de amor. Todo depende de la perspectiva del personaje y de la mirada del lector.

A.C. Elysia añade: «La voluntad prestada es como el vino: nunca se bebe sola. Siempre es mezcla, siempre es matiz. En esa ambigüedad está su belleza, porque nos recuerda que amar, rendirse o servir son gestos inseparables de nuestra condición humana.»

Te invito a adentrarte en esta obra y degustar su complejidad: un brindis a la voluntad, en todos sus sabores.

— Lauren Cuervo

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