Agradezco esta hermosa pregunta, porque me permite confesar lo que siento detrás de esta historia. El mirlo representa a un niño que no fue querido por sus padres. Los mirlos, en la naturaleza, ponen sus huevos en nidos ajenos, y esos polluelos nacen como invasores. Pensé entonces en esos niños humanos que también llegan a hogares donde no son deseados, donde no reciben amor.
Con este cuento quise regalarle a ese niño otra vida. Una donde sí es amado, donde encuentra a los padres que merecía. No es un acto de venganza, es reconciliación: con la vida, con el alma, con lo que nunca debió doler. Ninguno de nosotros pidió nacer. Pero ya que lo hicimos, merecemos ser recibidos con amor.
Ese es el canto que devuelvo con esta historia: una esperanza para quienes alguna vez se sintieron indeseados.